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DOÑA MARI

A una valiente mujer,
sembradora de paz.

Doña Mari, una señora
Con una especial grandeza
Que dio ejemplo a todas horas
De prudencia y de entereza.

De sus raíces gallegas
Nace una fina ironía
Que le ayuda en su tarea
De ir sorteando la vida.

Se casó con un soldado
Que ya está inscrito en la Historia
Por el gran valor probado
Y muchos días de gloria.

Buena esposa, buena madre
Trabajadora sin tasa
De la mañana a la tarde
Es “El Alma de la casa”.

Sensible y muy perspicaz
Diplomática y austera
Fue sembradora de paz
Y de las buenas maneras.

Su cariño a San Leonardo
El pueblo de su marido,
Es una constante a lo largo
Del tiempo que ella ha vivido.

Doña Mari y su fuente
A la entrada del pinar,
Parece que está presente
E invita a reflexionar.

Sus genes están presentes
En sus hijos y sus nietos
Que actúan como puentes
Y son pequeños espejos.

Mujer fuerte y valerosa
Que tuvo un gran corazón
Y siempre ofreció sus cosas
A la voluntad de Dios.

Una FUNDACIÓN reciente
Mantiene viva la historia
De esta mujer Valiente,
Singular y Meritoria.

 

Juan José Rojo Martínez
Octubre 2005

 
Garcilaso de la huerta

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