Se conocen en Oviedo
Cuando preparan el MIR
Y con paciencia y esmero
Van labrando el porvenir.
Una sonrisa insinuante
Y miradas de reojo
Establecen la corriente
Carolina-Clavel Rojo.
El amor prendió en sus vidas
El trabajo es su ilusión
Punto central de partida
Que fortalece su unión.
La joven ilicitana
Que siempre tuvo buen ojo
Se va sintiendo murciana
Luciendo su clavel rojo.
Su comprobada empatía
Les hace ser muy felices
Procurando cada día
Que el amor se multiplique.
Él se levanta temprano
Y se desplaza hasta Elche
Que es el hospital cercano
Donde trabaja y ejerce.
Ella lo tiene más fácil
A dos pasos de su casa
Tiene un autobús o un taxi
Que le deja en la Arrixaca.
Luichi experto en fracturas
Coloca prótesis varias
Mientras resuelve las dudas
En su consulta diaria.
Tranquiliza a los enfermos
Cuando muestran ansiedad
Y procura entretenerlos
Y explicarles la verdad.
Aguanta las “Tarascadas”
De los jóvenes pacientes
Que llegan de madrugada
Con alcoholemia creciente.
Para acumular más puntos
Él trabaja sin reposo
En muy variados asuntos
Muchos de ellos novedosos.
Está haciendo el doctorado
Y trabaja por las tardes
Con profesores al lado
Sobre las “células madre”.
Oncogenes y tumores
Un campo por explorar
Es de las muchas labores
Que intenta profundizar.
La “saga” de los Clavel
En la traumatología
La inicia el abuelo Manuel
Y sigue activa hoy en día.
Carolina “recibe la vida”
Al asistir diligente
Las numerosas paridas
Que al cabo del mes atiende.
Ante una placenta previa
Programa la intervención
Y en el quirófano arregla
Tan delicada cuestión.
Los tumores de mama
Son objeto de atención
Y buscando el gen reclama
Medidas de prevención.
Nunca le falta trabajo
Y hace guardias a montón
Con cesáreas a destajo
Y legrados de ocasión.
Creo que buscando puntos
No habrá dejado de lado
Tan importante asunto
Como es el doctorado.
Esperan que pronto un día
Y en el mismo hospital
Trauma y ginecología
Las ocupen a la par.
Nos han anunciado gozosos
Su boda ya muy cercana
Para formar animosos
Una familia cristiana.
Que sean siempre felices
Y acepten el nuevo reto
El abuelo os bendice
Y espera el primer biznieto.
Aquí termina la historia
De este par de enamorados
Que recuerda mi memoria
Y aquí lo dejo anotado.
Juan José Rojo
Murcia, Agosto 2006
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