De Carmen María Romero
¡Hola Juanjo!
Sabes, a mi se me dá mejor hablar que escribir. Pero por ser tú me voy a lanzar al ruedo. Tenía 14 años cuando conocí a un chico encantador y guapo. Tu hijo Paco, más tarde pude conocerte a tí y me resultaste mucho más encantador, divertido y ameno que tu hijo Paco (perdóname Juanjo pero más guapo no puedo decir)y desde ese momento surgió una bonita amistad con toda tu familia, a la que fuí conociendo poco a poco. Depués de muchos años me siento muy feliz de formar parte de ese grupo de amigos a los que tú siempre, Juanjo, como Araceli me habeis demostrado cariño cada vez que nos veíamos.
Personas como tu no se van nunca, es imposible. Permanecen en el recuerdo de todos, Pues siempre hay una anécdota que contar y que al recordarla te viene siempre una sonrisa de ternura y cariño.
Nunca olvidaré los piropos que me decías a veces con gran esfuerzo cuando te encontraba que volvías de una tarde larga de diálisis. Eso quedará siempre en mi memoria.
Mi gran amigo, tendrás siempre todo mi cariño y respeto y desde luego un pequeño trozo de mi corazón. Dale de mi parte un beso muy fuerte a Araceli que también se lo merece tanto como tú.
Vuestra amiga que os quiere,
Carmen María
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