Este cosaco ucraniano,
Que cuenta que fue fiscal
Hoy trabaja con sus manos
Ayudándole a bañar
A un minusválido anciano.
Su carácter de emigrante
Y su risueño talante
Llegado a tierras murcianas
Para trabajar con ganas
Y así salir adelante
Con una jornada dura
En la que siempre madruga
El trabaja en el campo
Y recoge las lechugas
Que luego va transportando
Su espalda ya resentida
Le recomienda enseguida
El cambiar de actividad
Y acepta la ofrecida
De un conocido hospital.
Allí ve como los “Fisio”
Desarrollan el oficio
Del masaje muscular
Y piensa en el beneficio
Que le puede reportar.
Durante bastante tiempo
Beniel notó su presencia
Fue donde hizo el intento
De ganarse su sustento
Y fijar su residencia
Como viejo ucraniano
Que en tiempos fue estaliniano
El disimula muy bien
Y en reserva y bajo mano
El se apunta en el INEM
Su mujer se llama Irina
Y trabaja en la cocina
Como empleada de hogar
De una Conchita, vecina
Quedándose a pernoctar.
Es poco lo que yo sé
Y a contarlo me dedico
Conmigo lleva tres años
Me facilita los baños
Y me pasea en carrito.
Juan José Rojo Martínez
Murcia - Noviembre 2007
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