Una mujer boliviana
Que trabaja con mi hermana
En Madrid y Campoamor
Se levanta de mañana
Y comienza su labor
Joven Universitaria
Que trabaja solitaria
Siempre obediente y sumisa
Y que lleva su batalla
Sin que pierda su sonrisa
Se casó siendo muy joven
Con su novio boliviano
En la ciudad de La Paz
Con un horizonte sano
De amor y felicidad
Fruto de este matrimonio
Han sido sus cuatro hijos
Que es su mejor patrimonio
Con el que Dios les bendijo
Y su mejor testimonio
Por mala suerte sin duda
Una fuerte adversidad
La condujo a quedar viuda
Con la gran necesidad
De buscar pronto una ayuda
Diligente y decidida
Monto una carnicería
Donde poder trabajar
Y proporcionar comida
A los que tiene detrás
Su curioso nombre Nora
Es el final de la frase
Del gentilicio Leonora
La Santa que a todas honra
La acompaña y la protege
En su situación precaria
Se hizo ya necesaria
Dejar la Universidad
Y entrenarse en otras áreas
Donde poder trabajar
En este proceso largo
De mantener a su cargo
La familia numerosa
Tenia que hacer algo
Decisión muy dolorosa
Con la ayuda de sus padres
Ella se empeño mas tarde
Y se vino para España
Para regresar después
Al terminar la campaña
En la estación de Delicias
Del Tren Metropolitano
Por ayudar una anciana
Se cayó en la escalera
Rompiéndo el metatarsiano
Su permanente objetivo
Mandar euros efectivos
A su madre y sus hijos
Y que puedan estudiar
Con unos ingresos fijos
Mucha suerte Nora
Garcilaso de la Huerta
Murcia – Agosto 2008
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