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A LA SECUOYA DE SILOS

Árbol gigante y longevo
De hojas verdes permanentes
Que ejerces de cancerbero
Del Monasterio Silense.

Tu aspecto de lanzadera
Erguida mirando al cielo
Le hace pensar a cualquiera
Que estás preparando el vuelo.

Eres bella y postinera
Recatada y muy formal
Y enloqueces a cualquiera
Por tu porte ornamental.

Vigilas todos los días
La vida del Monasterio
Y tomas nota cumplida
De monjes y lugareños.

Deja que al Ciprés famoso
Que enfila su copa al cielo
Le recordemos gozosos
En el soneto de Diego.

No sientas celos de nadie
Ni del ciprés ni del pino
Peina tus ramas al aire
Que un milenio está contigo.

Árbol de especial belleza
Forestal y muy vital
Espera se le proteja
Como al ciprés, su rival.

La Secuoya se estremece
Al oír el gregoriano
Y eleva al cielo sus preces
En invierno y en verano.

Buen padrino te ha tocado
Secuoya de mis amores
Con Joaquin Luis a tu lado
Sólo puedo echarte flores.

Juan José Rojo Martínez. Oct 2003

 
Garcilaso de la huerta

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